Análisis de Terminator: Resistance

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Terminator no es una franquicia que pueda presumir de un gran éxito en el mundo de los videojuegos. Cierto es que sus últimas entregas tampoco han destacado en la industria cinematográfica, pero la importancia de los dos primeros episodios siempre está presente a la hora de hablar de la saga, y resulta extraño que una marca como esta no haya contado con una buena presencia en este medio del entretenimiento interactivo.

De hecho, tenemos que retroceder a 2009, nada más que once años, para encontrarnos con el último juego del T-800 en consolas: la adaptación de Terminator: Salvation a la pasada generación. Un título que pasó sin pena ni gloria, pero que, si ahondamos en la comunidad, podemos encontrar a bastantes jugadores que disfrutaron de él y guardan un buen recuerdo del mismo.

Es por eso que, con el estreno de Dark Fate, Teyon, desarrolladora del tan infame como simpático Rambo: El Videojuego, decidió poner las cartas sobre la mesa y lanzar un nuevo juego de Terminator, a pesar de que este se estrenase unas semanas después que Dark Fate.

Y qué queréis que os diga. He visto críticas igual de nefastas e irregulares en varios medios, pero a mí, como a muchos seguidores de la saga, me ha encantado.

Terminator: Resistance tiene lugar en el futuro distópico que nos presentaron las dos primeras entregas, aunque un poco antes del alzamiento de Skynet para eliminar de una vez por todas a John Connor. En esta escaramuza tomaremos el rol de Jacob Rivers, un personaje que en ningún momento ha tenido presencia en el canon cinematográfico, pero que aquí, a la larga, se presenta como un pilar fundamental del argumento.

A raíz de un ataque de Skynet a la Resistencia, Rivers pierde a su escuadrón después de que este haya sido exterminado por un Terminator con aspecto humano, el también conocido como Infiltrador. Tras dicho suceso, Jacob decide ponerse manos a la obra y dar con la Comandante Baron, líder de la Divisón Sur de la Resistencia, para, de esa forma, comunicarle que Skynet ha desarrollado una nueva versión del Terminator capaz de infiltrarse entre las filas de los humanos. Sin embargo, lo que Rivers no sabe es que, al intentar llevar esto a cabo, formará parte de la lista de eliminación de Skynet, en la que están presentes aquellas personas de vital importancia que puedan destruirla y que, como bien sabemos, está liderada por John Connor.

Lo cierto es que da la sensación de que el libreto no va a tener ninguna vinculación con la trama principal de las cintas, más allá de que el protagonista es aquel que descubre la creación de un tipo de robot que puede suponer una verdadera amenaza para lo que queda de la humanidad. A pesar de esto, a medida que se avanza en la historia, está va soltando pinceladas que terminan desembocando en escenas de gran importancia para las dos primeras películas – que son las que tiene en cuenta en todo momento -, sentando las bases de los acontecimientos que tienen lugar en las obras de James Cameron.

Y son por estas situaciones finales por las que el argumento gana en enteros y se vuelve realmente disfrutable. Es verdad que gran parte del libreto parece no tener importancia, más allá de generar secuencias de acción muy disfrutables y que encajan con la esencia de la saga. Pero, como no podía ser de otra manera, el guion termina teniendo un peso mayor del que uno piensa en un inicio, y acaba narrando una historia que, sin duda alguna, gustará mucho a aquellos seguidores de la franquicia que quieren ver un buen argumento sobre la misma desde hace muchos años (de hecho, no exagero al decir que estamos delante de una de las mejores historias de la marca, junto a los libretos que conforman T1, T2, T3 y algunas secuencias de Salvation).

Pero es en lo jugable donde verdaderamente sorprende. Supongo que no seré el único que pensó que, a raíz de lo sucedido con Rambo: El Videojuego, quizás Teyon volvía a llevar a cabo otro shooter on rails. Y es una alegría afirmar que finalmente no ha sido así, y que se trata de un juego de disparos en primera persona bastante competente, que rinde bien, y que tiene una influencia muy clara y acertada: Far Cry.

Y es que Resistance se presenta como un título dividido en capítulos, pero en el que varios de ellos se lucen en escenarios abiertos (de un tamaño pequeño, aunque realmente disfrutables, en la línea de los mapas de Metal Gear Solid 3: Snake Eater). Teyon ha dado en el clavo con esta propuesta, ofreciendo una premisa muy fresca para la saga y una obra que, además, funciona bien y es disfrutable.

Terminator: Resistance es un shooter que cuenta con leves elementos de rol y RPG y que, en ocasiones, tiene mapas relativamente grandes en los que es posible explorar y realizar diferentes actividades. No os voy a mentir, es verdad que el gunplay no es lo mejor de la industria, y muchas veces se siente demasiado ligero. Tampoco ayuda que el arsenal no sea especialmente variado, y aunque en el tramo final, cuando se puede acceder a las armas de Skynet, esto cambia, lo cierto es que son pocas las herramientas que terminan siendo efectivas y útiles contra los enemigos. Pero, más allá de eso, todo cumple perfectamente.

A medida que completemos misiones o eliminemos a las unidades de Skynet conseguiremos experiencia que se podrá canjear en varias habilidades, como la archiconocida ganzúa, un mayor espacio en la mochila, la posibilidad de hackear sistemas informáticos (con un simpático minijuego que se inspira en Frogger) o mejorar nuestras capacidades de ataque y salud. Si esto no es suficiente, vale la pena destacar que también es posible fabricar bombas, ganzúas o botiquines que nos ayudarán en nuestra aventura. Todo ello, cómo no, se llevará a cabo con los recursos que consigamos explorando el mapa.

Y esto es, probablemente, lo que más encanto le otorga a la premisa: la exploración por unos mapas que te sumergen en esa guerra de la que tanto se habla en las dos primeras cintas, pero sobre la que tan poco se profundizó y que se vio levemente durante los flashbacks (o, mejor dicho, flashforwards) presentes en el metraje. Resistance no tiene la mejor jugabilidad de la historia, pero coge los elementos necesarios de Far Cry y les da una vuelta para hacer que encajen de una forma brillante en este universo.

Si a lo comentado anteriormente le sumamos que podemos interactuar y dialogar con varios personajes, tomar decisiones – algunas de ellas básicas, ya que no cuentan con demasiada profundidad, pero sí afectarán a las afinidad que tengamos con los coprotagonistas y al desenlace del juego, el cual se deja entrever de una forma maravillosa a nivel de guion, siendo algo de lo que no te das cuenta hasta que no terminan los créditos -, tener relaciones amorosas con dos de ellos e, incluso, realizar diferentes tareas secundarias que nos piden antes de salir a llevar a cabo las misiones principales, tenemos como resultado un juego con una gran cantidad de cosas para hacer. Y es gracias a estos encargos con los que se consigue una inmersión aún mayor en los fantásticos niveles abiertos del título.

En definitiva, salvo detalles puntuales como que, en ocasiones, las armas no se recarguen, o que la realización de determinadas acciones no sean todo lo fluidas que podrían ser, no puedo negar que me lo he pasado muy bien con Resistance. Por tener, ¡presenta hasta fases de sigilo! Es cierto que puedes hacer tanto daño a los enemigos que no tiene sentido jugar de esa manera, aunque en los momentos en los que se obliga al jugador a emplear ese enfoque, la fórmula rinde correctamente y genera tensión y miedo hacia las unidades de Skynet. No será la mejor jugabilidad de la historia, pero sí es la mejor jugabilidad con la que ha contado un juego de Terminator.

Es probable que no podamos decir lo mismo de su apartado gráfico. Y para qué voy a negarlo, parece de principios de la generación pasada. Resistance cuenta con unas texturas sencillas, y en general el acabado se siente funcional. De hecho, el rendimiento tampoco es sensacional, ya que estamos hablando de un título que funciona a treinta fotogramas por segundo y que, además, presenta un ghosting realmente extraño y peculiar (de hecho, llegué a creer que era mi televisión la que causaba el problema) a la hora de mover la cámara rápidamente hacia los lados. Está claro que esto podría ser distinto, pero pienso que el fuerte de la obra no es la calidad de la faceta visual, sino lo bien que recrea la atmósfera de la franquicia con la misma.

Teyon ha sabido capturar a la perfección la estética del futuro que se podía ver en Terminator y en Terminator 2, y es que la ambientación es sencillamente fenomenal. Es un gustazo poder sumergirse en ese entorno postapocalíptico en el que todas las casas están hechas trizas, y donde las calles no son para nada seguras. El feeling que genera la obra es magnífico, y en todo momento sientes que estás dentro de las dos primeras cintas de la saga. Y, al final, creo que ese era el objetivo más importante que se quería conseguir con este apartado, dejando de lado que los gráficos sean mejores o peores. Siempre termina predominando la pasión y el amor por el material original que ofrecer los mejores gráficos de la industria.

En cuanto a la faceta sonora, tengo que decir que la parte de efectos cumple tan bien – sobre todo a la hora de crear atmósfera – como lo hacía el apartado anterior. De hecho, todos los sonidos, incluidos los inconfundibles disparos de las armas de Skynet, parecen extraídos directamente de las películas. Dan un toque realmente nostálgico y agradable al juego.

Más allá de eso, el reparto de voces hace un trabajo correcto. No son las interpretaciones más memorables de la historia, pero cumplen a la hora de trasladar al jugador a la premisa que ofrece Terminator: Resistance.

Donde sí quiero hacer un pequeño impás es en la banda sonora. Y es que, nada más empezar el título, el menú nos presenta la que es, sin duda alguna, la mejor versión del tema principal de la saga. Y lo malo de esto es que se trata de una canción que no vuelve a sonar hasta el final de la trama. La mayoría de la aventura se presenta con melodías ambientales y discretas, que buscan generar tensión en los momentos de sigilo, o crear situaciones trepidantes durante los combates, pero no consigo entender por qué la música no se ha apoyado más en esta composición o en sus variantes, ya vistas en las dos primeras películas. No es algo que me extrañe si tenemos presente que desde Terminator Salvation el tema principal de la franquicia tampoco se ha usado demasiado, pero aquí es una lástima porque las veces que suena… Sencillamente deslumbra. Ojalá se hubiera apostado en mayor medida por dichas composiciones, a pesar de que la banda sonora sea, en líneas generales, correcta.

En definitiva, no voy a engañar a nadie, recomiendo Terminator: Resistance y soy más que consciente de los fallos que puede presentar o del aspecto gráfico tan desfasado con el que cuenta. Creo que es un juego que cualquier fan de la franquicia disfrutará como un enano, pero también pienso que aquellos que quieran probarlo – siempre y cuando sean permisivos y se acostumbren al apartado visual o a los pequeños errores jugables que tiene – deberían darle una oportunidad. Además, es un título de una duración aceptable, que ronda las seis u ocho horas si vamos a realizar las actividades principales, y las diez en caso de querer completar todo al 100% y, de paso, sacar el Platino, el cual es realmente sencillo de conseguir.

Es verdad que en el tramo final se alarga un poco más de lo necesario, pero es una carta de amor para la franquicia y está realizado con mucho mimo. Y es que estamos ante el mejor juego de Terminator hasta la fecha, y eso es algo que no se ve todos los días.

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