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Desde que jugué a Life is Strange – uno de los mejores juegos de la historia – quedé prendado por el gran trabajo de Dontnod Entertainment, lo que hizo que comenzase a seguir sus trabajos más de cerca. Es cierto que aún no he jugado a Remember Me o a Vampyr, pero sí a Las Increíbles Aventuras del Capitán Spirit y a Life is Strange 2, y como ocurrió con la aventura de Max y Chloe, terminé tremendamente satisfecho con ambos.

Es cierto, sin embargo, que la compañía está comenzando a dar señales de ser la nueva Telltale Games (a pesar de apostar por juegos diferentes como Vampyr), produciendo varias aventuras narrativas al mismo tiempo, y que se estrenan en fechas muy cercanas, como ha ocurrido con el reciente Tell Me Why y con el título que hoy nos ocupa, el accidentado Twin Mirror. Y es triste decir que a Dontnod le ha ocurrido lo mismo que a la compañía creadora de las aventuras gráficas de The Walking Dead: se ha visto sobrepasada con tanto trabajo y ha desarrollado su aventura más regular hasta la fecha.

La verdad es que el desarrollo de Twin Mirror se ha extendido bastante, ya que poco o nada tiene que ver con el juego que se presentó allá por 2018, sobre todo en su apartado audiovisual y sonoro (y quizás parte de la jugabilidad y del argumento también se hayan visto afectadas por el camino).

En Twin Mirror tomamos el papel de Sam, un periodista que se ve obligado a volver al pueblo de Basswood tras la muerte de su mejor amigo. Sin embargo, no es bien recibido en el lugar debido a que, tras la publicación de un artículo, cerró la mina de Basswood y dejó sin trabajo a gran parte de la población que reside en el lugar. Es por ello que casi todo el mundo le trata con un desprecio más que notable que afecta directamente a la psique y la forma de ser del protagonista.

Todos estos traumas son los que presentan a su gemelo espejo (o amigo imaginario, de ahí el título) que, aunque lo lógico hubiera sido que se tratase de una versión mala del personaje, curiosamente presenta un giro interesante, siendo una brújula moral que le anima a socializar con la gente. Es por ello que contamos con la versión más cerrada y distante del protagonista, y con otra que es todo lo contrario, pero que no tiene malas intenciones.

Esto no quita que, lamentablemente, el argumento dura tan poco que apenas se puede profundizar en los valores y problemas de Sam (vale la pena señalar que el juego, originalmente, se concibió por episodios, y no como un único lanzamiento, algo que se nota mucho en el desarrollo de los acontecimientos), así como en las relaciones que tiene con el resto de personajes de la aventura. Tiene un reparto variado que, de haber tenido más profundidad o presencia en la historia, habría llegado a tener una mayor relevancia de la que presentan. Realmente todo aquel que acompaña a Sam nunca llega a importarle lo suficiente al jugador como para establecer una conexión con ellos.

Dejando de lado el pobre guion del juego, que podría pasar por una película de las tres de la tarde, vale la pena destacar que la jugabilidad tampoco ofrece nada original. Sigue siendo un juego de decisiones, donde algunas de ellas tendrán importancia (cuatro a lo largo de la aventura) y otras no tanto, y tendremos que navegar por diferentes escenarios para poder resolver algunos de los rompecabezas que se ofrecen.

¿Las novedades jugables? La habilidad de recrear diferentes sucesos que Sam no recuerda mediante la recolección de las supuestas memorias que han tenido lugar. Una vez hecho eso, se recrea la escena para descubrir qué ha sucedido y dar un poco más de profundidad al argumento. Por si esto fuera poco, hay bastantes puzles que requieren la búsqueda de códigos o soluciones por el entorno en el que nos encontremos, algo no tan habitual en los juegos de la compañía.

Y ya está. Eso es lo que ofrece Twin Mirror, pero podría haber ofrecido mucho más. A lo largo de la historia se nos presenta la idea del Palacio Mental, un lugar al que Sam va para reflexionar sobre lo sucedido o recordar eventos del pasado. Esto, al igual que la doble personalidad del protagonista, apenas tiene gancho o desarrollo a nivel jugable, y se queda en una idea que podría haber dado mucho más de sí, sobre todo en lo referente al amigo imaginario de Sam, que ofrece diálogos muy interesantes en momentos de gran tensión, pero que nunca termina de explotarse lo suficiente como para dar momentos únicos.

En lo gráfico nos encontramos un juego llamativo, sobre todo por la combinación de estilos artísticos. Todos los escenarios están recreados como si se tratase de lugares reales, cuentan con una iluminación y unos modelados excepcionales, y aunque es verdad que las ubicaciones del tramo final no son tan destacables, hay que señalar que las zonas en las que comienza la aventura son bonitas y muy atractivas de forma visual. Esto se combina con unos modelados de personajes que combinan el estilo clásico ya visto en Life is Strange con un toque más real. No son unos modelados que destaquen por su realismo, pero tampoco buscan una estética tan ficticia o artística como la que se pudo ver en la aventura de Max Caulfield.

Dejando de lado todo esto, siempre he considerado que Dontnod hace un manejo de la música excepcional en todo lo que desarrolla, y como con muchos otros apartados, Twin Mirror ha vuelto a decepcionarme en esta faceta. Nos encontramos con una banda sonora sin inspiración, plana y muy sencilla, que además de no destacar, tampoco cuenta con canciones originales que ayuden a elevar cualquier momento de importancia narrativa. A esto hay que sumarle que el doblaje de los personajes tampoco es muy bueno, ya que nos encontraremos unas interpretaciones sin alma y con muy poca credibilidad en los diálogos. El único que verdaderamente se luce, y seguramente sea por la oportunidad de poder romper un poco el molde de la aventura, es el gemelo ficticio de Sam, pero es que ni el propio Sam cuenta con una interpretación que nos meta en el argumento.

Respecto a su duración, nos encontramos con un juego que puede durar de cuatro a siete horas en su primera partida, y que se alarga a las doce o quince en caso de querer obtener todos los coleccionables y sacar el Platino/100% del juego. Como en anteriores obras del estudio, se vuelve a ofrecer el estupendo “modo coleccionable” que nos permite repetir los diferentes episodios de la aventura para buscar los coleccionables que nos hayamos dejado atrás, siempre sin afectar las decisiones que hayamos tomado previamente.

Es una pena ver que Dontnod se ha podido ver sobrepasada por una gran carga de trabajo, dando lugar a su juego más regular hasta la fecha. Twin Mirror tiene una idea interesante, el jugar con una personalidad doble (y que esta, por primera vez, evite el cliché y no sea malvada) es algo muy llamativo que no se termina de aprovechar; la historia y la mente fragmentada del protagonista también podrían haber aportado más… Es un juego que tiene buenas bases, pero que finalmente no explota ninguna, dando como resultado una aventura que se hace bastante pesada y lenta, generando muy poco interés en todo lo que ocurre a lo largo de su trama.

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