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No es que no hagan el remake o la remasterización de dos clásicos como Need for Speed Underground 2 o Need for Speed Most Wanted. El verdadero problema de la saga Need for Speed es que en los últimos años ha demostrado que no tiene su propia personalidad.

La mítica franquicia de juegos de conducción y buque insignia de la Electronic Arts de principios de los 2000 ha pasado por tantas propuestas y temáticas en los últimos 15 años que no queda muy claro cuál es la verdadera experiencia que define a Need for Speed.

Hemos tenido más tuning, coches lujosos contra policias en Need for Speed Hot Pursuit o Need for Speed Rivals, un acercamiento al mundo de la competición con los Need for Speed Shift, una experiencia peliculera con Need for Speed: The Run

Eso en cuanto a las temáticas que han ofrecido, pero los últimos Need for Speed Payback y Need for Speed Heat hacían saltar un poco las alarmas porque, aún siendo títulos más o menos decentes, copiaban elementos o mecánicas de otros juegos como The Crew o Forza Horizon, dejando las persecuciones policiales o el tuning como únicos elementos reconocibles de la saga.

Es complicado adaptarse al mercado y más cuando tienes claro cuáles son las propuestas que están triunfando a día de hoy, pero también tiene parte de culpa hacer caso a una comunidad bastante divisiva, atada a entregas de hace tres generaciones y que no aportan el feedback realmente necesario a la hora de desarrollar un nuevo título de la saga.

En 2020, EA decidió por enésima vez pasarle el testigo a una Criterion Games que tuvo mejores días y que a día de hoy solo sirve como estudio de apoyo en ciertos proyectos de la distribuidora americana, pero que ya ha trabajado con Need for Speed y ha sabido hacer las cosas bien cuando tocaba.

Después de dos años de desarrollo, ya tenemos por aquí NFS Unbound, la nueva entrega de la franquicia enfocada de nuevo en el tuning y en las carreras ilegales acompañadas de persecuciones policiales, pero donde el nuevo apartado artístico del juego mezcla los gráficos realistas con avatares y efectos de conducción de estilo cartoon, dándole el toque de personalidad que probablemente necesitaba y que disgustó a la comunidad al instante.

Tras jugarlo, lo que más me ha sorprendido del juego es que Criterion ha aprovechado bastante la base jugable de NFS Heat en vez de crear una totalmente nueva. Las primeras horas de juego dan la sensación de que es un NFS Heat 2.0, pues la conducción sigue más o menos igual, el tuning no ha cambiado mucho como prometieron, el día y la noche vuelven a estar separados según tus decisiones…

Pero, con sus pequeños matices, esta decisión ha favorecido bastante al juego, convirtiéndolo en una de las entregas más divertidas de la franquicia en los últimos años y donde se demuestra que Criterion o Electronic Arts no confiaban lo suficiente en el proyecto como para arriesgar algo más.

Como ya es tradición en los Need for Speed, NFS Unbound nos presenta un modo Historia en el que nuestro avatar sufrirá la traición de su compañera de taller y mejor amiga, la cual decide robarnos nuestro fantástico coche (en mi caso, un Lamborghini Countach) tras un eterno prólogo que nos introduce en las diferentes carreras o situaciones que descubriremos en Lakeshore, la ciudad protagonista.

Para recuperar nuestro buga, habrá que participar en el Grand, una competición callejera en la que nuestra ex amiga ejerce de líder y en la que para poder llegar a la gran final debemos tener cuatro coches de diferentes categorías (A, A+, S y S+), además del dinero suficiente para poder pagar nuestra participación.

Una tarea difícil, pues tendremos cuatro semanas hasta la celebración del Grand y habrá que aprovechar bien cada uno de esos días tanto para ganar el máximo dinero posible como para superar las eliminatorias previas de la competición. Desde ese momento, la ciudad de Lakeshore abrirá completamente sus puertas para ofrecernos una buena cantidad de opciones en las que ganar dinero rápidamente, desde las diferentes carreras callejeras que podremos disputar hasta actividades secundarias como controles de velocidad, saltos, carteles publicitarios o zonas de derrapes, vigilados en todo momento por una policia local dispuesta a perseguirnos según el nivel de alerta que tengamos.

Un mundo mucho más vivo y activo que el del anterior NFS Heat que se convertirá en el lugar perfecto para quemar asfalto una vez obtengamos realmente el primer coche del juego.

Como ya os he comentado, la conducción de NFS Unbound es más o menos parecida a la de NFS Heat, manteniendo ese manejo del vehículo con el «Brake to Drift» exagerado de los últimos juegos y con algo más de peso en los giros, pero a mí me ha gustado mucho más en esta entrega gracias tanto a las mejoras del coche como a los ajustes del manejo que podemos encontrar en el menú de pausa.

Cualquier coche, de serie, se nota tosco y, aunque modifiques los ajustes del manejo desde el principio, la sensación no termina de convencer del todo. Una vez empezamos a mejorar el vehículo y a añadirle mejores piezas, la conducción va mejorando de forma progresiva consiguiendo una jugabilidad algo más divertida, algo que os puede parecer muy obvio.

Realmente la clave de todo esto para mí es que NFS Unbound permite desactivar el «Brake to Drift», algo que obliga al jugador a usar el botón del freno de mano cada vez que quiera iniciar un derrape. Si esto se suma a un manejo más centrado en el derrape o a una sensibilidad del giro un poco alta (que es como yo he conducido durante gran parte de la campaña), la conducción del juego mejora una barbaridad.

Asi que si no os convence frenar para derrapar, probad lo que os comento y seguramente os llevaréis una grata sorpresa. El juego también da la posibilidad de derrapar pulsando dos veces el botón de aceleración, opción que en ocasiones funciona bien para adaptarse a la curiosa conducción de los Need for Speed actuales.

¿Y qué sería un coche tuneado sin óxido nitroso? Pues en NFS Unbound nos podemos encontrar con un sistema de nitroso dividido en dos partes: la barra azul tradicional con la que ir administrando el impulso según como se desarrolle la carrera y tres recuadros correspondientes a las nuevas ráfagas de nitroso que se recargan bastante rápido haciendo locuras (rozarse con vehículos, saltos, derrapes…).

Estas ráfagas son bastante más potentes comparado con el nitroso de toda la vida, sobre todo si somos capaces de tener los tres depósitos llenos a la vez, algo que permitirá usar un impulso bastante salvaje que nos puede salvar del ridículo realizado en alguna carrera importante.

Aparte de mejorar nuestro carro para que sea una auténtica bestia de las cuatro ruedas, la parte más divertida de cualquier Need for Speed es el tuning estético, algo que prometía ser bastante loco en NFS Unbound con, supuestamente, 10.000 opciones de personalización para el vehículo y que a la hora de la verdad también sigue siendo lo mismo de siempre.

Obviamente, en la parte de diseño sí que se pueden alcanzar infinitas combinaciones gracias a la gran variedad de vinilos o a las increíbles creaciones de la comunidad, pero al modificar la carrocería de los coches las opciones sí que son algo más justas. Lo más destacable en este apartado son los nuevos kits de carrocería legendarios que están limitados para algunos coches del juego, aspectos que no son posibles de reproducir comprando cada pieza de forma individual, que es donde yo me esperaba gran parte de esas 10.000 variaciones mencionadas durante la promoción del juego. Y tranquilos, que luego hablaremos de los efectos de conducción y demás personalización cartoon.

Con el coche ya en funcionamiento, es hora de recorrer Lakeshore en busca de carreras que nos permitan conseguir el dinero y los coches necesarios para participar en el Grand. Al ser carreras ilegales, NFS Unbound tiene repartidos por su mundo varios lugares secretos alejados de la vista de los policias donde se concentran todos los eventos que podremos disputar a lo largo del juego.

Unas carreras divididas en diferentes modalidades (Derrape, Circuito, Sprint…) que siempre pedirán el nivel del coche como requisito principal y, en varias ocasiones, un dinero por participar. Las competiciones de NFS Unbound son un lugar en el que siempre habrá que arriesgar dinero, tanto pagando la entrada por la participación como apostando contra cualquiera de nuestros rivales, siendo esta una grandísima novedad que aumenta la diversión de las carreras de este juego.

Y es que la dificultad de los rivales controlados por la IA durante las carreras funciona bastante bien, al menos es la sensación que he tenido todo el rato jugando en la máxima dificultad. Te toman muy bien el rebufo, buscan sacarte de la trazada, hay veces que pierden el control del vehículo y se estampan contra el tráfico… No es la perfección absoluta, pero siempre plantean un buen desafío que, con las apuestas en funcionamiento, hacen que las pruebas sean muy divertidas, sobre todo las que incluyen persecuciones policiales.

Estos rivales, al ser también avatares, tienen su propia personalidad y siempre soltarán comentarios a lo largo de la carrera sobre nuestras acciones, el dinero de las apuestas o sobre lo que ocurra en el entorno, algo que al principio queda bastante bien, pero que terminan siendo repetitivos.

Repetitivas son también las carreras de NFS Unbound, lamentablemente. Aparte de que algunas categorías se duplican sin razón alguna (Sprint = Carrera de Velocidad, As de las Curvas = Circuito o Quedada = Derrapes), las pistas en las que competimos se repiten una y otra vez a lo largo de la campaña, demostrando lo mal aprovechado que está el mapa de Lakeshore a la hora de ofrecer una variedad de trazados algo más convincente.

Siguiendo con los eventos, no estoy satisfecho con las carreras de derrapes de NFS Unbound. Siendo Need for Speed de las pocas sagas de conducción donde, en mi opinión, las pruebas de derrapes son divertidas de realizar, en esta entrega pocos circuitos están realmente diseñados para esta modalidad y la forma de conseguir puntos o aumentar el combo exige acciones que no tienen nada que ver con el drifting, cosa que en su modo duplicado (Quedada) funciona bastante mejor y tiene algo más de lógica.

Terminada cualquier carrera, hayamos ganado o no, siempre aumentaremos el nivel de alerta de la policía y, en ocasiones, retomaremos nuestra andadura por Lakeshore con la persecución policial que hayamos sufrido durante la última prueba. Una policía que en NFS Unbound es capaz tanto de lo mejor como de lo peor, incluso en la máxima dificultad del juego.

En las primeras horas de la campaña, las persecuciones son complicadas, pues nuestro coche no tiene tanta potencia como para despistar a los agentes y esto hará que los primeros encuentros con los maderos duren varios minutos. Con un coche más potente, ya se le empiezan a ver las costuras a la policía, pues en el máximo nivel de alerta (5) son capaces de poner las bandas de clavos en una vía en la que tú no estás conduciendo, a veces los coches policiales se destruyen solos cuando menos te lo esperas o te regalan la huída desapareciendo del mapa.

Pero cuando todo funciona bien, estas persecuciones policiales son un añadido más a la diversión de NFS Unbound. Puedes estar varios minutos evitando helicopteros, a los 4×4 de los SWAT que consiguen hacerte más de una embestida, despistar a los interceptores, ponerte a buscar como un loco una gasolinera donde reparar el vehículo y evitar que te metan en prisión…

La policía es un elemento muy decisivo dentro del ecosistema de NFS Unbound, pues si te detienen con los 50.000 dólares que has conseguido durante la mañana, te irás a casa con las manos vacías y tendrás que recolectar otra vez ese dinero en la próxima sesión.

Y es que aquí el sistema Día-Noche de NFS Heat ha sufrido un ligero cambio. Ya sea por la mañana o por la noche, la policía siempre va a estar ahí. Nada de lo que haces es legal, por lo que en todo momento serás perseguido y el dinero que hayas conseguido en ese momento correrá mucho peligro, así que habrá que ser muy inteligente y bastante rápido para llegar al taller principal o a cualquiera de los refugios desbloqueados durante la campaña para tener toda esa pasta a salvo.

Un dinero que es fácil de juntar gracias a todo lo que propone NFS Unbound aparte de los eventos principales. Todo da dinero: romper carteles, radares, carreras de velocidad, buscar coleccionables, evitar a la policía… Incluso el juego nos permite probar nuevos coches a través de las entregas, unas pruebas que pueden estar centradas en superar un tiempo objetivo o huir de una persecución policial, y que suelen dar buenas recompensas.

Todo esto forma parte de una progresión bien pensada, pues las primeras recompensas de NFS Unbound solo dan para ir mejorando nuestro primer coche y poco más (o al menos esa ha sido mi experiencia según mis decisiones), pero luego el juego va dando pequeñas oportunidades como esas entregas de vehículos recompensadas con buenas cantidades de dinero o eventos donde el premio principal es un nuevo coche que, dependiendo de cómo estés administrando el juego, usarás para ciertos eventos o aprovecharás su venta para seguir aumentando la hucha. De hecho, vender nuestro primer coche una vez haya alcanzado un buen nivel de prestaciones abre un gran abanico de posibilidades a partir de ese momento.

Una vez desbloqueadas las carreras de categoría S casi en el tramo final de la campaña, la experiencia de NFS Unbound se desbloquea al completo con mayores cantidades de dinero en juego, acceso a los coches más lujosos, actividades como los radares o las carreras de velocidad son superadas con las tres estrellas…

En general, el modo Historia de este nuevo NFS Unbound es de los más divertidos de la franquicia en los últimos años, a pesar de los elementos repetitivos o aquellos que causan fallos durante el desarrollo del juego. Si me tuviera que quejar de algo más, sería de la trama que sirve de excusa a todo lo que rodea esta experiencia. No sé si es por un doblaje al castellano que chirría incluso en los gags más absurdos, por una misión con A$AP Rocky en la que el rapero (en versión original) te suelta la chapa sobre su vida o porque tengo la sensación de que los modo Historia no pegan ni con cola en los juegos de conducción (salvo en GRID Legends o en F1 2021).

Si hay algo que realmente ha destacado desde que se anunció el juego de forma oficial, ese es el apartado técnico de NFS Unbound y su atrevida mezcla de estéticas. En esta entrega, nos encontramos unos gráficos realistas bastante simplones (sobre todo siendo un juego exclusivo para la nueva generación de consolas) unidos a unos avatares y efectos de conducción plasmados con un estilo cartoon que prometían una experiencia audivisual muy chula, pero que en la versión final se ha quedado todo en un simple experimento porque alguien decidió hacer caso a la comunidad.

En mi opinión, es una lástima no haber visto esta decisión arriesgada en su máximo esplendor, pues la personalización de los avatares logra personajes interesantes que pegan mucho con el rollo del juego, y los efectos de conducción en los derrapes, en el uso de nitroso o incluso pillándole el rebufo al rival quedan muy vistosos durante las carreras, dotando por fin a Need for Speed de una personalidad que, por mí, ojalá lo vuelvan a probar en la próxima entrega.

Es un apartado artístico muy mejorable, algo que se puede observar sobre todo durante las escenas del modo Historia e incluso en las opciones de personalización de los efectos de conducción. Pero como para gustos los colores, Criterion decidió poner una opción para que los efectos de conducción pueden ser desactivados a través del menú de pausa, algo que os aseguro que le quita parte de lo que realmente es la esencia del juego.

En la parte sonora, han sabido acertar bastante con la música que suena durante el juego. Parte de la track list es de un A$AP Rocky que tiene su papel protagonista en la campaña de NFS Unbound, pero también nos encontraremos con otros nombres importantes de la música urbana actual como pueden ser Rosalía o la sesión de Bizarrap con Villano Antillano que acompañarán todas las carreras callejeras con sus canciones pegadizas.

Conclusión

Pues ha saltado la sorpresa con un NFS Unbound que no ha recibido la confianza necesaria por parte de EA cuando realmente es una de las entregas más divertidas de la franquicia en los últimos años. Su mezcla de estilos por fin le da una personalidad necesaria a Need for Speed y realmente casa bien con el rollo callejero que propone el juego, pero de nuevo hay que lamentar lo poco que se han arriesgado para intentar contentar a la comunidad más veterana de NFS. Si echabais de menos el tuning, las carreras ilegales y las persecuciones policiales, este nuevo NFS Unbound cumplirá de forma satisfactoria con vuestras expectativas.

Santiago Sánchez
Santiago Sánchez
Gestor de contenidos y redactor en GamingUniverse. ¡Lo importante es disfrutar de los videojuegos!

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