La industria del videojuego está empezando a ser totalmente injusta. Ya no hablo de como se mueva el mercado y de qué videojuegos consume el público a lo largo del año, sino de como las empresas de videojuegos -mayormente las grandes- siguen pensando que van a seguir generando la enorme cantidad de dinero que generaron durante la Pandemia en una situación que se ha vuelto “a normalizar” desde aquella extraña época. Y al ver que sus proyectos más recientes no cumplen con la previsión de ventas o con la recaudación de dinero esperada aunque sí hayan conseguido convencer a gran parte del público, ellos los terminan considerando como un fracaso totalmente injusto. Todo ello en unos plazos de tiempo totalmente ridículos, pues en el caso de hoy este juego está a dos meses de cumplir el año y, sin ser totalmente conscientes de la cantidad ingente de videojuegos que el público ya es incapaz de consumir mensualmente, con una simple decisión empresarial han conseguido etiquetarlo como un fracaso total. Creo que todos entendemos que el dinero va por delante de la pasión que genera este entretenimiento, pero últimamente todos en esta industria se están pasando tres o más pueblos.
Y no, Prince of Persia: The Lost Crown realmente no ha sido fracaso para Ubisoft, o al menos es lo que pensamos quiénes lo hemos jugado. No es la mejor introducción para poder hablar de este juego que compré a finales de agosto para PS5, pero la noticia sobre la disolución del equipo de desarrollo del juego por parte de Ubisoft me pilló casi en las fases finales de la aventura y, tras haberlo finalizado, me apetece dedicarle una reseña a lo que ha supuesto la vuelta de la saga Prince of Persia en este 2024, más allá también de un The Rogue Prince of Persia que está en Early Access dentro de Steam. Este texto de GamingUniverse nunca servirá para convencer a Ubisoft de que debe seguir adelante con este reboot y preparar una continuación de The Lost Crown, pero sí quiero que forme parte de esa larga cadena que aplaude lo bien que ha salido este regreso de la marca, sobre todo con lo raro que es ver un juego bueno de Ubisoft en los últimos 7 años como mínimo (nunca olvidéis el Immortal Fenyx Rising, por favor). Y es que si la compañía francesa volviese a lanzar juegos con la calidad que nos tenía acostumbrados hace 15 años pues posiblemente se habrían cumplido los exagerados objetivos que le pusieron a este Prince of Persia: The Lost Crown, pero es que este reboot es como una especie de cometa Halley dentro de Ubisoft y la realidad de los franceses dista mucho con la calidad que derrocha este videojuego.
Por ello, el objetivo de esta reseña -que no incluirá nota- es simplemente recordar que Prince of Persia: The Lost Crown es uno de los mejores juegos que han salido durante este 2024 y que, si no lo comprasteis en enero -que es cuando salió al mercado-, cualquier momento siempre será una buena oportunidad para disfrutar de esta aventura por tierras persas.
Siendo este el retorno de Prince of Persia después de más de 10 años (hay gente que se olvida de Las Arenas Olvidadas cuando no fue una mala entrega), hay que dejar muy claro que en The Lost Crown han cambiado bastante las cosas respecto a los anteriores juegos. De primeras, estas nuevas aventuras del Príncipe son un metroidvania en 2D repartido en aproximadamente 9 biomas que sabe combinar muy bien la estructura de los grandes títulos que ha tenido el género durante los últimos años (obviamente con Hollow Knight a la cabeza) con la esencia de los Prince of Persia de la época de PS2. Y en la parte narrativa realmente no controlamos al Príncipe, sino que controlaremos a Sargon, miembro de un grupo conocido como Los Inmortales que tienen el objetivo de servir a la realeza y que se verán obligados a rescatar al propio príncipe de Persia, el cual será secuestrado y llevado a un Monte Qaf que es donde se desarrollará una historia bastante decente -habrá varios buenos giritos de guion- que sobre todo destaca por su apartado artístico y sus impresionantes animaciones.
Hay que reconocer que ser un metroidvania le sienta como anillo al dedo a Prince of Persia, pues en este The Lost Crown consigue plasmar muy bien las plataformas, los combates e incluso la temática que ha mantenido la saga al menos en sus últimos años. La exploración del mapa es como en Hollow Knight, pues iremos descubriendo poco a poco cada parte del bioma hasta que localicemos a una niña que será la encargada de vender los mapas completos de cada zona, aunque como siempre esto será muy opcional según cada jugador. Aquí Ubisoft Montpellier también ha querido aprovechar ese tipo de exploración para el desarrollo de las misiones principales, dando mínimas indicaciones para que el jugador vaya averiguando por dónde tiene que ir, pero también se le puede puede pedir a la misma niña -la cuál estará localizada en el Refugio- que nos de algunas pistas a cambio de dinero en caso de estar perdidos.
Yo tengo que reconocer que, a nivel personal, estos dos meses no han sido un buen momento para afrontar un metroidvania y me he sentido abrumado por esa exploración a ciegas, pero por suerte el juego cuenta con varias opciones de accesibilidad centradas en las mecánicas de juego -además de la dificultad- para que el jugador adapte la experiencia según sus necesidades, ya sea activar un guiado para estas misiones principales e incluso automatizar algunas mecánicas del exigente combate que tiene The Lost Crown. Gracias a ello, la exploración empezó a ser mucho más cómoda hasta alcanzar fases más avanzadas del juego -que es cuando ya no me sentía tan abrumado- y pude disfrutar de cada recoveco del Monte Qaf. Y es que aquí encontraréis zonas de todo tipo: paredes secretas con multitud de recompensas, misiones secundarias interesantes, rompecabezas que se completan con mecánicas de Sargon, batallas contra bosses adicionales… Todo ello ofreciendo una experiencia de exploración bastante agradable en un juego donde no hay mucho que recoger salvo dos tipos de moneda y metal para ir mejorando armas, la efectividad de los amuletos que podemos llevar -como en Hollow Knight- o la cantidad de pociones que llevemos.
Si algo destaca en todo momento mientras exploramos el Monte Qaf son las plataformas de este Prince of Persia: The Lost Crown, algo que en este metroidvania se sienten totalmente como marca de la casa. El movimiento de Sargon posiblemente sea uno de los mejores dentro del género y, manteniendo la esencia de las mecánicas de los Prince of Persia de PS2, consigue ofrecer unas plataformas atractivas a la vez que desafiantes que irán siendo cada vez mejores a medida que vayamos desbloqueando acciones como el doble salto, el teletransporte (esto combinado con el lanzamiento de chakram es de lo mejorcito del juego) o la posibilidad de jugar con elementos temporales. Nos enfrentaremos a salas con muchos pinchos y muchas trampas que son características de la saga, pero os aseguro que superarlas os dejará con una sensación de logro estupenda, sobre todo en zonas secretas donde el objetivo será alcanzar un Jerje -una de las monedas/coleccionable del juego- y llevarlo al suelo evitando morir por culpa de la gran variedad de trampas que hay colocadas por el Monte Qaf.
Pero la mención de honor de este Prince of Persia: The Lost Crown se lo lleva sin ninguna duda su exigente combate, el cual pide al jugador estar pendiente de los movimientos de los rivales para así poder defenderse y atacar en el momento justo, convirtiendo cada enfrentamiento en espectaculares coreografías donde los contraataques y el uso de los Picos de Athra -unas potentes habilidades que se pueden usar mediante una barra de dos niveles- se terminan llevando todo el protagonismo más allá de la posibilidad de potenciar los ataques mediante los amuletos o las mejoras de armas. En la dificultad estándar del juego el espectáculo de estos combates está más que asegurado, ya que de primeras no son sencillos pero una vez entendidos los patrones de los enemigos se pueden resolver muy rápido. Aún así, creo que son unas mecánicas de ataque que se pueden profundizar aún más incluso en las dificultades más altas del juego. Donde realmente destaca este sistema de combate es a la hora de enfrentarse a los varios jefes finales de este Prince of Persia: The Lost Crown, de los cuales gran parte de ellos son unas batallas fantásticas en las que estos enemigos normalmente tendrán dos fases diferentes -la segunda es donde sus ataques se potencian aún más- y harán gala de sus movimientos especiales a través de unas animaciones que son impresionantes, redondeando aún más ese espectáculo que rodea al sistema de combate de este The Lost Crown. Si no conseguís contraatacar alguno de los ataques especiales de estos bosses, yo os recomiendo que dejéis el mando y que simplemente disfrutéis de lo que aparece en pantalla a pesar de la frustración que tengáis.
Y es que el apartado artístico del juego es mucho mejor de lo que uno se podía esperar cuando se anunció por primera vez este Prince of Persia: The Lost Crown. Tiene un diseño de personajes y de escenarios que me ha recordado muchísimo al mismo estilo visual que tiene League of Legends o cualquier juego de Riot Games, y la verdad es que el resultado es más que notable. A ese apartado artístico se le suman unas referencias muy claras del anime japonés que sobre todo se pueden observar en las cinemáticas del juego y en los movimientos especiales de los jefes finales que os he mencionado en el párrafo anterior. Creo que la referencia más obvia es Dragon Ball, pues hay animaciones que recuerdan muchísimo al anime basado en el manga creado por Akira Toriyama, pero posiblemente un buen fan del anime reconozca aún más referencias mientras disfruta de las aventuras de este nuevo Prince of Persia.
Como he comentado, parte de mi experiencia con este Prince of Persia: The Lost Crown no compaginó bien al principio debido a motivos personales, pero a la larga me ha parecido un juego del que pocos aspectos negativos puedo sacar salvo un bug que convirtió a Sargon en un verdadero Inmortal -no le afectaba ningún daño-, pero que desapareció pocos minutos después. Este nuevo reboot de la saga, dentro de sus 35 años de historia, ha sido todo un acierto y daba pie para poder seguir explorando el mundo de Prince of Persia a través de nuevas entregas lideradas por esta estructura de metroidvania, pero debido a ese ansia de dinero que tiene esta Ubisoft en crisis parece que, por el momento, nos quedaremos con las ganas de ver si las aventuras de Sargon se merecen una continuación que, por mi parte, creo que están más que merecidas.
Prince of Persia: The Lost Crown es un juegazo como la copa de un pino y creo que incluso se le podría situar como uno de los mejores metroidvanias de los últimos 7 años, pero esa decisión se la dejo mejor a aquellos que seáis fans del género y lo dominéis mejor que yo. Pero Prince of Persia: The Lost Crown es un juego muy recomendable y, aunque Ubisoft no se lo crea, también es uno de los mejores juegos que han salido en este 2024.