Análisis Split Fiction
14/05/2025
Análisis de Los Sims 4: ¡A la Aventura!
24/12/2025
Análisis Split Fiction
14/05/2025
Análisis de Los Sims 4: ¡A la Aventura!
24/12/2025

NHL 26 llega como la última entrega de la saga deportiva de EA Sports dedicada al hockey sobre hielo, intentando revitalizar una franquicia que durante años ha sido sinónimo de tradición para los aficionados del deporte en consola, pero que en los últimos ciclos había empezado a sentirse estancada. Este juego fue lanzado el 12 de septiembre de 2025 en PlayStation 5 y Xbox Series X|S, con una versión Deluxe que ofrecía acceso anticipado desde el 5 de septiembre. La novedad principal —y el gran punto de venta— es la integración de datos reales de la NHL mediante NHL EDGE en el motor de juego, sumado a un motor de inteligencia de jugabilidad actualizado llamado ICE‑Q 2.0, que promete traducir estadísticas auténticas a cómo se comportan los jugadores sobre el hielo.

Desde el primer minuto, NHL 26 intenta responder a la pregunta que todos los fans se hacen cuando sale una entrega anual: ¿es esto una evolución real o simplemente un parche con estadísticas actualizadas? La respuesta, como suele ocurrir con estos lanzamientos deportivos, es ambivalente. Por una parte, el juego da pasos visibles hacia una experiencia más auténtica y con más capas de personalización y relato; por otra, muchas de sus mejoras no terminan de cuajar a la hora de jugar, especialmente si vienes de títulos de hockey anteriores o incluso si eres nuevo en este tipo de simuladores.

Entrando en materia, lo que más destaca a nivel estructural es la apuesta clara por Be A Pro, el modo carrera personal del jugador. Aquí, EA ha añadido narrativa cinematográfica, diálogos y escenas que buscan envolverte no solo en el deporte, sino en la vida de tu personaje desde las ligas juveniles hasta la NHL profesional. Esa intención de “vivir una historia” funciona, sobre todo en las primeras horas: te mete en las decisiones, en los altibajos y en cómo tus actuaciones —buenas y malas— afectan tu progreso. Sin embargo, esta narrativa, aunque más rica que en entregas previas, sigue sintiéndose demasiado lineal, con caminos predefinidos que no ofrecen la libertad o ramificaciones que un fan de los modos RPG deportivos podía esperar.

Si pasamos al corazón jugable, NFC 26 tiene un intento serio de pulir la experiencia a través de ICE‑Q 2.0, que utiliza datos posicionales reales de NHL EDGE para influir en atributos como velocidad, aceleración y potencia del disparo de cada jugador. La idea de que un McDavid o un Matthews se comporten de forma fiel a sus características del mundo real es apasionante, y en partidos concretos se nota la diferencia: las estrellas tienen movimientos y “tendencias” propias que no se sienten genéricas.

Dicho esto, la ejecución es desigual. En jugadas rápidas e intensas, el motor puede sentirse profundamente realista, pero en otras situaciones la inteligencia artificial rival —y la propia IA de tus compañeros— puede comportarse de forma errática o poco convincente. Magias de pase que no conectan, defensas que reaccionan tarde o porteros que cometen errores surrealistas son cosas que se reportan con frecuencia entre la comunidad de jugadores, y que contrastan con la promesa de una simulación pulida. Esta frustración se agudiza en modos competitivos como World of Chel y EASHL, donde las mecánicas de defensa y stick checking a menudo se sienten desequilibradas o poco realistas según muchos jugadores.

Los X‑Factors, que agrupan habilidades únicas para cada jugador, también han recibido un rediseño significativo. Ahora hay 28 habilidades repartidas en cinco categorías con animaciones y efectos estratégicos distintos, y esto se refleja en acciones concretas del juego: un delantero con un X‑Factor de velocidad puede romper líneas defensivas con mucha más fluidez, mientras que defensores especializados muestran una presencia más sólida en su zona. Esta capa estratégica intensifica la sensación de que cada jugador “importa” realmente sobre el hielo, y obliga a pensar más la construcción de tu equipo cuando compites online o en modos de temporada.

Hablando directamente de modos de juego, NHL 26 no rehúye de variedad. HUT Seasons, la versión de Ultimate Team para hockey, introduce temporadas dinámicas, retos con recompensas rotativas y un nuevo modo llamado Cup Chase que permite jugar offline con objetivos y playoffs estructurados. Para los que disfrutan construyendo un equipo desde cero, esto añade mucha profundidad y un motivo continuo para volver al juego cada semana. World of Chel, por su parte, sigue siendo el corazón social del título, con opciones cooperativas y competitivas que, aunque entretenidas, también han recibido críticas por su balance y por lo arduo que puede ser progresar sin invertir tiempo o dinero en microtransacciones.

A nivel presentación y rendimiento, la sensación es sólida. Las arenas lucen detalladas, con animaciones de jugadores que se sienten más naturales y un nivel de detalle en el hielo que reacciona dinámicamente a la acción. Surcos de patines, salpicaduras y el movimiento de la equipación contribuyen a una atmósfera envolvente que hace que los partidos se sientan “vivos”, sobre todo en PS5. La banda sonora y el audio ambiental cumplen con lo esperado, aunque algunos jugadores señalan que los comentarios de partido pueden volverse repetitivos y restan algo de emoción en sesiones largas.

No obstante, no todo es positivo. Muchos miembros de la comunidad han destacado que ciertas físicas y flujos de juego se sienten inconsistentes o incluso regresivos con respecto a entregas anteriores. Que el control de palo y stick lift no siempre responda como debería, que los porteros alternen entre actuaciones excelentes y errores inexplicables, o que pases básicos se pierdan en la nada, son quejas comunes que empiezan a formar un patrón preocupante. Estas sensaciones de “clics que no terminan de encajar” combinadas con opiniones en línea de que el juego se siente más rápido, pero también más frágil en cuanto a precisión, sugieren que la línea entre simulación y arcade todavía no está bien definida para todos los jugadores.

Un aspecto interesante es cómo la comunidad online ha polarizado sus opiniones. Hay quien ve en NHL 26 una de las mejores simulaciones deportivas del año, con profundidad táctica y autenticidad en cada pase y disparo; hay también quien afirma que su propia saga favorita ha perdido el rumbo, señalando que ciertos modos, especialmente online, están rotos o desbalanceados al punto de ser frustrantes. Estas discusiones activas hablan de un juego que, aunque ambicioso en sus intenciones, todavía no ha conseguido una aceptación unánime.

Si nos centramos en duración y rejugabilidad, NHL 26 cumple con lo que se espera de un título de deportes anual. Desde partidos rápidos, ligas completas, modos de carrera, equipos construidos en línea y temporadas competitivas, la cantidad de contenido es amplia. Pero esa amplitud no siempre se traduce en satisfacción para todos los públicos: los principiantes pueden sentirse abrumados por la curva de aprendizaje y la falta de un sistema de entrenamiento robusto que realmente enseñe los matices del control y las tácticas. La accesibilidad existe en forma de opciones de control y dificultad ajustables, pero no sustituye una experiencia de bienvenida más guiada para quienes aterrizan en la franquicia por primera vez.

Comparado con otras entregas deportivas de su género, NHL 26 hace muchas cosas bien, pero también repite errores que las comunidades vienen señalando desde hace años. El enfoque en datos reales y autenticidad jugable es lo más destacable —algo que ninguna otra franquicia de deportes logra con igual intensidad en hockey—, pero la ejecución de ciertos sistemas de IA y física deja un sabor agridulce que hace pensar que la fórmula todavía tiene margen de mejora.

Al final, NHL 26 es una experiencia de altos y bajos: con avances claros en presentación y profundidad de modos, un motor jugable ambicioso y modalidades competitivas que pueden enganchar por horas, pero también con aspectos técnicos y de balance que distraen más de lo que suman. Para el fanático acérrimo del hockey, especialmente el que disfruta de la construcción de equipo o del modo carrera, hay aquí horas de valor; para el jugador casual o el novato, la sensación puede ser de que estás ante un buen punto de partida, pero no necesariamente ante una revolución dentro de los simuladores deportivos.

En definitiva, NHL 26 aspira a elevar el listón de la franquicia con herramientas potentes y una capa de realismo que no habíamos visto antes; lo logra en muchos sentidos, pero sigue luchando por equilibrar ese realismo con una experiencia de juego estable, fluida y satisfactoria para todos. El hielo digital es más fiel que nunca, pero para muchos la esencia pura del hockey aún sigue filtrándose entre glitches, mecánicas pendulares y debates encendidos en foros. El tiempo dirá si estos cimientos tan ambiciosos finalmente se consolidan en futuros parches o en la próxima entrega de la saga.

Gaming Universe
Gaming Universe
Somos GamingUniverse, un espacio donde los videojuegos dejan de ser solo entretenimiento para convertirse en experiencias que se viven y se sienten. Aquí no nos limitamos a reseñar títulos: exploramos mundos, descubrimos historias, analizamos cada detalle y compartimos nuestra pasión por el gaming con un enfoque fresco y cercano. Desde los lanzamientos más esperados hasta joyas independientes que merecen ser descubiertas, GamingUniverse es tu guía, tu punto de encuentro y tu fuente de inspiración para todo lo que rodea al mundo de los videojuegos. Entrar aquí es más que leer: es sumergirte en cada partida, entender sus secretos y disfrutar de la cultura gamer en su máxima expresión.

Deja un comentario