Análisis de The Invincible

El walking simulator fue un género realmente popular entre 2012 y 2016. Eran juegos que, tal y como su nombre indica, se dedicaban a contar una historia a lo largo de un título en el que, mayoritariamente, solo había que andar en línea recta. Algunos hacían esto con mayor o menor acierto, pero la verdad es que hubo bastantes joyas que hacían que esta premisa destacase y ganase en popularidad.

Firewatch fue el último gran exponente de este género y, de hecho, el que más novedades jugables trajo, ya que en él se podían realizar más acciones, había rompecabezas, y también contaba con un sistema de diálogos bastante profundo, el cual permitía cambiar diferentes momentos de la historia en función de nuestras decisiones en estos. Por algún motivo, tras la salida del juego de Campo Santo este género se quedó totalmente parado, y hasta día de hoy no ha habido más juegos con esta temática.

Hace unos años, sin embargo, se dio a conocer The Invincible por medio de un extenso gameplay que mostraba un título con una dirección artística impecable y con una atmósfera sobresaliente. Todo esto daba a entender que la aventura volvía a apostar por este género ya casi desconocido para hacerlo resurgir. Por lo tanto, veamos qué es lo que ofrece esta trepidante aventura.

The Invincible funciona a modo de precuela del libro del mismo nombre, escrito por Stanislaw Lem en 1964. En él tomaremos el rol de la astrobióloga Yasna, una tripulante de la nave de la Mancomunidad que viaja hasta el planeta Regis III en busca de vida, ya que este tiene todas las condiciones idóneas para que esto sea posible.

Sin embargo, nuestra aventura empieza con Yasna despertándose en medio del desierto, sin recordar cómo ha llegado hasta allí ni poder contactar con sus compañeros de viaje. Haciendo acopio de todas sus herramientas, conseguirá ubicarse y contactar con su astronavegador mientras encuentra a sus compañeros y descubre un misterioso secreto dentro de la atmósfera. Todo esto la pone en una situación contrarreloj, ya que la información de sus superiores dictamina que la Alianza, el grupo enemigo, se dispone a aterrizar con el Invencible, su nave más grande y poderosa, en el planeta, por lo que tiene que huir cuanto antes para no caer en un conflicto bélico.

Tengo sensaciones encontradas con el argumento. Creo que respira una ciencia ficción sublime por todos lados, una con mucho encanto y elegancia, y realmente bien escrita. Hay un gran trabajo de investigación científica detrás, y todo lo que cuenta es muy interesante y llamativo. Pero… me falta profundidad en el tramo final de la historia, momento en el que se empiezan a descubrir los secretos de Regis III. El desenlace se siente atropellado, y en él se aporta mucha información que en ningún momento previo se ha podido presenciar, dando la sensación de que no había tiempo para contar más y sobre informando al jugador en ese momento.

De hecho, creo que The Invincible peca mucho de hacer uso de una enorme sobreexposición que apuesta por contar más que por mostrar, y esto se nota de forma muy clara en sus dos mitades: la primera muestra y cuenta al mismo tiempo, siendo muchísimo más entretenida e inmersiva, mientras que la segunda decide contar cosas de forma excesiva (y con poco contexto), mostrando apenas nada hasta la resolución de la aventura.

Todo esto, a mi parecer, da como resultado una historia que tiene todos los elementos necesarios para ser excelente, pero que finalmente se termina quedando en un argumento que opta por una finalización rápida con un contexto muy ligero, algo que duele ver teniendo en cuenta la magnífica aura en la que el juego se mueve a lo largo de todo su libreto.

Pero dejando esto de lado, creo que el punto fuerte de The Invincible son sus dos protagonistas: Yasna y Novik, nuestro astronavegador y comandante. Decir que aquí la inspiración con el dúo de protagonistas de Firewatch es más que obvia, ya que también será una relación única y exclusiva de nuestro comunicador. Eso no quita que ambos personajes tienen química, y la relación es muy interesante, siendo la encargada de llevar el juego a sus hombros casi en su totalidad. Si tuviera que señalar algo, solamente diría que Yasna es muchísimo más interesante que Novik, y que a este último le falta mucho trasfondo. Este se intenta explorar dos o tres veces, pero no lo hace con acierto.

Jugablemente The Invincible es mucho más que un juego de andar. La aventuras nos propone orientarnos por Regis III con nuestro cuaderno, el cual almacena un mapa de los diferentes sectores del planeta. Para orientarnos, podremos hacer uso de unos binoculares que nos permitirán buscar puntos de referencia en algunas ocasiones, pero por lo general la ruta viene indicada en el mapa.

Además, dispondremos de diferentes artilugios, como un detector de proximidad para encontrar a nuestros compañeros, o un visor que nos permite distinguir las extrañas formaciones metálicas que hay en el planeta. Es cierto que todo esto no puede parecer gran cosa, pero son añadidos que se agradecen, ya que le dan más profundidad a la aventura.

Donde el juego rompe esquemas es a la hora de darnos la posibilidad de desplazarnos por el escenario con un vehículo, algo que no había visto nunca en un título de este género, y que teniendo en cuenta la temática del mismo y el escenario en el que nos movemos, es una novedad más que bienvenida que nos hará la vida mucho más fácil y llevadera.

Como decía antes, creo que The Invincible es un juego que se disfruta mucho más en su primera mitad. Esta está repleta de actividad, y se siente muy dinámica y entretenida. La segunda, en cambio, se antoja demasiado larga y lenta. Esto puede deberse a que el juego se abre en espacios relativamente más grandes, y la navegación por el mapa a veces no es muy clara. Además, andar con nuestro diario abierto supone que el movimiento de la cabeza de Yasna se vea reducido, haciendo que el control en general sea poco ágil si andamos mientras miramos en qué zona del escenario estamos.

Hablando de movimiento, creo que es indispensable que un título de este género permita que nuestro personaje se mueva rápidamente, y creo que este es uno de los fallos más grandes de la aventura. Yasna anda a un ritmo terriblemente lento, y la opción de correr, aunque ayuda, resulta un poco tosca. No contamos con la posibilidad de correr de forma infinita, y nuestra protagonista se cansa realmente rápido, haciendo que el ritmo del título, a la larga, empeore. Además, hay muchísimas zonas en las que directamente no se puede ni correr (y la acción no es del todo clara, ya que a veces no se sabrá si estamos corriendo o no). En general, le hace falta mucha más velocidad de movimiento para ganar en dinamismo.

Y sí, esto precisamente se solventa con el coche que tendremos a nuestra disposición, pero este a veces desaparece, y nos tocará andar por zonas realmente grandes a pie tardando más del doble y haciendo que la experiencia sea muy poco placentera. Algo similar puedo decir de las decisiones que nos da el juego, ya que a veces estas no tienen un peso muy grande, y en otras ocasiones, aunque seleccionemos una de las tres opciones que solemos tener en cada diálogo, nos encontraremos con que las respuestas o el resultado que obtenemos son siempre los mismos. Eso sí, se agradece que a la mitad de la aventura se nos dé la posibilidad de elegir dos caminos diferentes, pero hay que decir que ambos se terminan conectando, y solamente veremos una sección diferente en cada uno de ellos. Habría sido interesante ver dos ramificaciones argumentales distintas, como ya ocurría con el fantástico The Witcher 3: Blood and Wine.

Técnicamente estamos delante de un título sobresaliente. La recreación de Regis III es espectacular, y la atmósfera que se ha conseguido gracias a su maravillosa dirección artística es alucinante. Realmente se trata de un juego muy agradable de ver y que funciona muy bien. Si algo flaquea son únicamente los modelados de los personajes, que cuentan con unas caras bastante sencillas, algo que también es comprensible si tenemos en cuenta que apenas veremos 6 rostros en todo el juego.

Esto no quita que, de forma sonora, también es sensacional. Su música apuesta por melodías ambientales muy sutiles, pero hay dos o tres temas que rompen con esto y que ofrecen unas canciones con mayor presencia y ritmo, dando lugar a las mejores composiciones de la aventura. Lo mismo se puede decir en cuanto a sus efectos de sonido, que cumplen muy bien y son muy originales, pero si algo destaca en su apartado sonoro son, sin duda alguna, las voces de sus personajes, con unas interpretaciones estupendas e increíbles.

En cuanto a su duración, a nosotros nos ha llevado unas siete u ocho horas terminar la aventura. Hay que tener en cuenta que el juego tiene un total de once finales (hay muchas variaciones entre ellos, de ahí la cifra), y que algunos de estos estarán bloqueados en función de la ruta que hayamos escogido en la decisión que se nos da en el ecuador de la historia, por lo que si queremos sacarlos todos, encontrar sus coleccionables (que funcionan a modo de recuerdos para que la protagonista vea flashbacks o entienda lo que pasó antes de despertar en el páramo) y conseguir sus logros, se trata de un título que, sin problemas, se puede ir a las doce o quince horas.

The Invicible es un juego interesante que no trata de ser un walking simulator al uso, y aprende de las novedades de Firewatch para aportar las suyas propias y contar una historia de ciencia ficción tan atípica como interesante. Sin embargo, su cierre forzado con un desarrollo escaso y su segunda mitad extremadamente lenta hacen que todo lo bueno que se ve en la primera parte no destaque tanto como a uno le gustaría. Aun así, si obviamos todos estos detalles y la lentitud del movimiento de la protagonista, se trata de una propuesta muy interesante que gustará a los amantes de la ciencia ficción.

Este análisis ha sido realizado en base a la versión de PlayStation 5.